lunes, 31 de agosto de 2009

Síndrome postvacacional y Protocolo empresarial

Hoy es 1 de Septiembre. Su significado no es otro que vuelta a la normalidad: Vuelta al trabajo y a la rutina diaria y también en breve la vuelta al cole. La vuelta a la realidad tras un periodo de descanso puede aparejar lo que se ha dado en llamar una "depresión post-vacacional", un estado de ánimo pasajero que afecta a uno de cada tres españoles.



Algunos psicólogos defienden que este estado de ánimo tiene mucho que ver con la "intensificación de la deshumanización de las empresas” y que si éstas aplicaran ciertas normas de protocolo podrían atenuar esto pseudo-depresión provocada por la vuelta al trabajo.


El protocolo empresarial, un elemento diferenciador



El Protocolo empresarial es una modalidad de protocolo con entidad propia, que como su propio nombre indica, se refiere al saber ser y estar de las empresas y en las empresas.

Que una empresa aplique Protocolo empresarial redunda directamente en la mejora de su imagen, de su reputación y de sus relaciones, tanto externas ( con instituciones, clientes, proveedores…) como internas, ya que favorece la existencia de un buen clima laboral.


El protocolo empresarial es un instrumento clave para cualquier organización que pretenda ser eficaz. Además, hoy en día en que los productos y los servicios son cada vez más similares el protocolo empresarial aporta prestigio y un elemento diferenciador frente a la competencia.


El Protocolo empresarial se gestó en el siglo XIX tras la Revolución Industrial al surgir una nueva clase económicamente poderosa: los empresarios, quienes establecieron sus propios códigos de conducta, distanciándose de las formas de los poderes públicos y la aristocracia. Su fuente de inspiración es pues una mezcla entre el protocolo oficial y el cortesano. Hoy, sin embargo, el Protocolo empresarial está escribiendo el protocolo del futuro. Es el más innovador y el más rápido a la hora de darnos una respuesta ante los cambios que experimentamos. Su influencia es ya notoria en el ámbito social e institucional y además, es el más globalizado y uniforme en los países industrializados.


Saber ser y estar en el trabajo es ya una disciplina propia que cuenta con profesionales específicos y departamentos concretos en las grandes empresas en donde ya cuentan con manuales de protocolo que recogen las pautas de actuación y los códigos de conducta que establece la propia organización de manera interna y externa.


A nivel interno, establece este conjunto recomendaciones atienden a las normas de comunicación y relación entre los propios empleados de igual o diferente rango. El resultado no es otro que, conociendo el estilo de ser y actuar, la vida laboral sea más fácil, fomentando un buen clima y el trabajo en equipo, hecho que suele repercutir en la rentabilidad y evita también la fuga de talentos.


A nivel externo, el Protocolo empresarial ayuda a los representantes de la empresa, especialmente a ejecutivos y directivos a mejorar sus relaciones institucionales y comerciales. La empresa moderna es consciente de que su evolución está unida al progresivo papel social el protocolo empresarial supone una seña de calidad y prestigio. Por otro lado, facilita los contactos que debe establecer con la Administración, con sus clientes y proveedores. El saber ser y saber estar en el tejido empresarial es una ventaja competitiva que redunda en el posicionamiento de la identidad.


Así pues, el protocolo empresarial está entroncado con la comunicación, con los Recursos humanos, con el marketing y con las relaciones Institucionales. Indispensable ya para las empresas que quieren obtener un grado de distinción, que apuestan por su capital humano y que saben que las relaciones siguen siendo una de las bases de los negocios.

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